“No son buenos ni malos: son incorregibles”. Así definía a los peronistas el genial Jorge Luis Borges. Igual, creo que se podría definir a ciertos alcaldes del Perú: “No son ni buenos ni malos: son incorregibles”.
El caso de Miguel Saldaña es particularmente increíble: el 2010 pierde las elecciones ante un candidato que resumía el cansancio, el desencanto, y por qué no decirlo, la cólera del pueblo comeño. La frustración de un pueblo eternamente olvidado por los alcaldes de turno que solo sirven para las elecciones y una vez conseguido su propósito: adiós, y si te vi no te conozco.
Fueron cuatro años de un primer gobierno para el olvido, y un segundo periodo más o menos. Pero podríamos creer que estos años, en total ocho, debieran haber servido de algo, pero no, nada de eso. Resulta estúpido, por decir lo menos, que una persona espere tener una denuncia penal en su contra para recién hacer lo correcto, y lo peor de todo es que Saldaña es abogado. Las leyes se respetan y se cumplen, sino para qué están.
Aquí, (en noapaguenlaluz.blogspot.com) no somos ayayeros de nadie, no somos adulones. Si en algún momento apoyé a Miguel Saldaña Reátegui, fue porque creí en él. Pensé que algo había aprendido en sus ocho años de gobierno municipal. Parece que me equivoque. Digo y escribo todo esto porque me parece injusto, realmente injusto y desatinado lo siguiente:
Primero: Sacar a dos personas que hicieron tanto en tan poco tiempo, y sobre todo con tanta calidad humana en el trato con sus compañeros y público en general. Obviamente, nos referimos a Raúl Rojas y Alfredo Berrocal. Honor al mérito, caballeros, muchos hogares tuvieron un feliz año gracias a ustedes. Bien por ello.
Segundo: Resulta intolerable persistir en el error, ya lo dijo San Agustín: “Errar es humano, perdonar es divino, pero persistir en el error es diabólico”. De qué otra manera podemos calificar la imprudencia de designar como funcionarios a tres personas severamente cuestionadas, peor aún, cuando MIRANDA FARFÁN no solicitó el cargo (difícil de creer, pero la fuente es buena). Miranda quería ser proveedor de servicios. Según nos cuentan, fue Miguel Saldaña quien le impuso el cargo.
Ahora bien, ¿Quién impuso en el cargo a Edgar Gutiérrez Tijero? Este caso es peor que el de Miranda. Según el DS 058-2014-PCM, el MOF de Comas vigente y el art. 381 del Código Penal, este señor, no cumple los requisitos mínimos señalados por la ley Más claro, ni el agua.
Lo de la Paulino Huaringa es sencillamente una prueba más de la soberbia incorregible de Saldaña. Al final, si denuncian penalmente al alcalde Miguel Saldaña, el único beneficiado sería Ulises Villegas Rojas, el tnte alcalde, que ‘sin querer, queriendo’, terminaría sentado en el sillón municipal.
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CASO CANCHAYA |
Mucho cuidado que, en el caso de la Canchaya, se utilizaron triquiñuelas legales para anular la sentencia en el Tribunal Constitucional, amén de que esta señora era congresista. Pero la resolución constitucional ordenó un nuevo juicio en el que se debía agregar el delito de Nombramiento indebido de cargo, los delitos de estafa y falsedad genérica. Están advertidos.
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