Obligaciones, sí; derechos, no. Por lo que viene sucediendo en las últimas semanas, ese es el mensaje para todos los comeños. Bueno, no para todos: los amigos de los que están en el poder, son intocables; el resto, a llorar a la playa.
Los embargos coactivos son cosa de todos los días, incluidas las filmaciones de dichos actos; el “apoyo” del canal 5 no es gratuito, ya que el coanimador de Chibolín funge de Gerente de Imagen del Municipio comeño. Si estos embargos fueran de interés ¿Por qué no están en otros canales…?
Elemental, con la difusión de estas escenas, y los comentarios en algunos pasquines se busca aterrorizar a la población para que se allanen (acepten, aunque no estén de acuerdo) a estas exacciones. Recientemente vimos a la Ejecutora Coactiva de Comas: abogada, Mávila Vargas Ramírez declarar ante las cámaras de Canal 5con una frescura, “Aquí puede usted ver -refiriéndose a la reportera- cómo esta persona tiene deudas de hace 16 años”.
Mávila Vargas ¿Es, o se hace? Una deuda que tiene esa antigüedad, ya prescribió hace un huevo de tiempo. La ley tributaria es clarísima: Las deudas tributarias prescriben a los 4 y 6 años. Pero claro, me olvidaba que al Alcalde Miguel Saldaña Reátegui la palabra PRESCRIPCIÓN, le causa alergia. En Comas circula un rumor muy fuerte de que este sujeto habría ordenado e instruido a sus funcionarios para que no proceda ninguna solicitud de PRESCRIPCIÓN, lo mismo sucedería con las reconsideraciones y apelaciones para las multas administrativas.
Al parecer, las obligaciones las tenemos nosotros, los comeños de a pie: pagar, pagar, ese debe ser nuestro destino; impuestos prediales, arbitrios, multas abusivas y mal impuestas. ¿Y mi derecho a reclamar? -No joda, pague sin dudas ni murmuraciones, solo pague sin reclamar. -Oiga, pero según la ley tengo derechos. -Aquí en Comas no, aquí solo procede la ley Saldaña, para eso tengo mis funcionarios serviles y obsecuentes, mis todo terreno, mis 4x4.
En Comas tenemos sujetos tan mamones y chupamedias de Saldaña y Ulises, que sin asco te dicen que tienen órdenes superiores; para de esta manera, no acatar las leyes. En el Municipio de Comas hay cientos de Licencias de Funcionamiento y Certificados de Defensa Civil aprobadas, que no son entregadas a sus solicitantes por ÓRDEN SUPERIOR. En Comas, los negocios se clausuran sin mayores explicaciones; recurren a cualquier barbaridad seudolegal, se zurran en las leyes con una impunidad increíble; realizan inspecciones de Defensa Civil de Detalle, donde se inventan razones tan infantiles y mezquinas que no soportan un análisis. Califican de riesgo alto a muchos establecimientos, aun sabiendo que el DS. 058 es claro al respecto: Los riesgos altos o muy altos, son por defectos estructurales.
Pero así están las cosas en Comas. Aquí no se respeta la ley, las normas. Miguel Ángel Saldaña Reátegui se ha olvidado, al igual que su socio político Ulises Villegas Rojas, que el ejercicio del poder no debe ni puede ser abusivo, ni prepotente. Que este poder, tiene que ser utilizado conforme y de acuerdo a las leyes, normas y reglamentos vigentes, porque de otra manera se cometen no solo abusos, sino también delitos. Delitos que en algún momento nos van alcanzar para pedirnos cuentas de nuestros actos. El poder no es eterno, las credenciales del JNE solo duran 4 años, no lo olviden.
Lo que más jode a los comeños es que si bien es cierto que ya se ha hecho costumbre que la población falle a la hora de elegir alcaldes y regidores, también debería ser cierto que a la hora de fiscalizar a estos sujetos, no fallemos. No debemos permitir ni más engaños ni más abusos. La Constitución y el Código Penal nos señalan los caminos a seguir para detener a estos depredadores de las arcas municipales que se llenan con los dineros del pueblo. Recordemos comeños, que tanto Miguel Saldaña Reátegui como Ulises Villegas Rojas, hace 12años estaban como FELIPE, con una mano atrás y otra adelante. Así que, de dónde tanta soberbia y pana, ¿acaso son de cuna de oro y rancio abolengo…? No se pasen, que en Comas todos nos conocemos, y sabemos nuestros pecados.
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