CORRUPCIÓN POLICIAL EN LIMA NORTE

La corrupción policial es un tema recurrente en nuestra sociedad, no hay día en que los diversos medios de comunicación nos informen de actos delictivos cometidos por malos efectivos de la PNP, tanto o más, si son cometidos por subalternos u oficiales, y en los casos de los oficiales, si son oficiales subalternos u oficiales superiores, ¿Por qué? Fácil, cuando el policía es subalterno, las cosas suelen ser expeditivas no siempre ya que si el subalterno “trabaja” con, o para un jefe policial, las cosas cambian. Si el subalterno se “recursea”: los típicos casos de las coimas en tránsito, los “operativos” de prevención vehicular en las principales avenidas de Lima, los “arreglos” en la formulación de atestados en las comisarías y/o en las oficinas de las DIVINCRIS, son pan de cada día.

Es en estos casos cuando la “justicia” cae con todo el “rigor” que se necesita, el subalterno debe y tiene que ser castigado para que aprenda y la sociedad tome nota que en la PNP no hay “distingos” cuando se trata de imponer la ley, caiga quien caiga. Sí Juan.

Pero la figura es otra cuando hay oficiales en juego, si son alféreces, tenientes o capitanes son totalmente sacrificables, salvo que sean hijos o familiares de algún General o congresista; allí sí las papas queman. Pero cuando son oficiales superiores, de mayor para arriba, la situación es totalmente diferente. Generalmente estos oficiales pertenecen a una élite que están en puestos donde hay manejo de “recursos”, no siempre legales pero rentables. No hablemos del manejo delincuencial del rancho, del combustible, de las prendas policiales, eso es otra cosa. Hablemos del manejo de los cambios de colocación, esos puestos tan buscados por los jefes policiales: fronteras, comisarias, divincris, jefaturas en la DIRINCRI, DIRANDRO, POLICÍA FISCAL, DIRBIS, RECURSOS HUMANOS, etc., etc. A estos “puestos”, se suman aquellas unidades policiales como el Escuadrón de Emergencia y ahora el tan publicitado ESCUADRÓN VERDE con su archifamoso y tan marketeado, GRUPO TERNA.

Con la llegada de Daniel Urresti Elera al MININTER, las cosas para el Grupo Terna cambiaron radicalmente: pasó a ser la niña bonita del descerebrado exministro, que buscaba fuguretear como sea. Para eso, no le importó sacar de la Escuela Policial a un montón de mocosos sin mayor preparación para soltarlos en las calles de la gran Lima, con los resultados que todos conocemos. Si a esto le sumamos la presencia de varios jefes con una currícula que deja mucho que desear; aquí, en Lima Norte tenemos por lo menos a dos de estos jefes policiales. Uno de ellos estaría involucrado en una investigación por mal manejo del combustible, nos dicen que era un león chapando la suya. El otro, oficial superior ha sido colocado en el grupo Terna mientras termina la chilla en Cajamarca; aquel caso del muerto por defender su casita, recuerdan, el brutal exceso de fuerza el pasado 2014; bueno, este caballero está ahora en Lima Norte.

Los norlimeños queremos una policía que nos brinde seguridad ciudadana, confianza en nuestra policía. Si en el caso específico de Comas, nuestro infeliz alcalde les brinda alojamiento y comida diariamente a costillas del Municipio, lo menos que pedimos es que nos den algo positivo a cambio.

La presencia del grupo TERNA en Lima Norte es prácticamente irrelevante, en las últimas semanas solo sabemos que se han dedicado a “intervenir” burdeles y hoteles sin la presencia municipal y lógicamente sin fiscalía. En algunos casos cuentan con la ayuda de gerentes de Seguridad Ciudadana deshonestos e inmorales. Mucho se habla de incautaciones de enseres y artefactos electrodomésticos sin la documentación respectiva: eso es robo. Aquí y en la China, eso es robo.

Para terminar, mucha responsabilidad tiene esos programas televisivos donde les revientan tantos cuetes al grupo TERNA, que al final esta gente llega a creer que de verdad son unos superpolicías. Cuidado León, cuidado Pajuelo, bueno es culantro pero no tanto. En Lima Norte queremos estar Unidos y Aliados Contra el Crimen y por la Seguridad, pero que no nos vean las caras de cojudos.